Toda La Culpa Es De Mi Madre
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La relación madre e hijo es muy especial, pero también, muy compleja. A veces, se produce una ruptura de expectativas en relación con aquello que había planificado la madre para el futuro de su hijo y las decisiones libres que él toma como adulto en su destino. Cuando una madre hace sentir culpable a su hijo surge una forma de manipulación que, en muchos casos no nace de una mala intención, sino de no asumir realmente que ese hijo ya es adulto y como tal, tiene plenas capacidades para tomar sus propias decisiones. Incluso, aunque se equivoque.
La madre es una de las figuras más importantes en la vida de cualquier hijo, por ello, este sentimiento de culpabilidad genera mucho sufrimiento porque en lugar de encontrar un apoyo en esa figura de referencia, surgen sentimientos encontrados. Si en algún momento has pensado y sentido como propia la afirmación de \"Mi madre me hace sentir culpable\", en Psicología-Online abordamos este tema en este artículo.
En una situación de este tipo puedes juzgar a tu madre, puedes llegar a pensar que tu madre se hace la víctima por cómo se comporta o, por el contrario, puedes intentar comprender sus actitudes. Comprender no significa justificar sino intentar ver la realidad desde su propio punto de vista. Por qué crees que tu madre se comporta así contigo Por ejemplo, tal vez tenga miedo a la soledad y aquellas decisiones que le hagan temer que puedes alejarte pueden convertirse en un foco de conflicto emocional para ella.
Además, aunque los hijos crecen en edad, muchas madres caen en la sobreprotección, sencillamente, porque no terminan de asumir la edad real que tiene el hijo o porque viven este vínculo desde el rol que han tenido durante tantos años.
Las madres enseñan muchas lecciones a los hijos a lo largo de su vida. Pero, también, los hijos pueden aportar nuevas enseñanzas a sus padres. En este caso, si tu madre te hace sentir culpable tal vez ni siquiera se haya dado cuenta de ello porque está tan encerrada en su posición que no es capaz de ver más allá de ese punto de vista. En ese caso, desde el cariño, explícale cómo te sientes. Dile que para ti es muy importante contar con su apoyo incluso aunque no esté de acuerdo con tu decisión.
En una situación de este tipo, si esta circunstancia bloquea la propia relación madre e hijo, es recomendable buscar la figura de un mediador. Por ejemplo, el padre, un tío o un hermano. Alguien del núcleo familiar más cercano que, desde su posición, pueda influir de manera constructiva para pensar en el bien común de todos.
Esa persona puede dar consejos a tu madre. Tal vez necesite hablar de cómo se siente con alguien ajeno al conflicto. Tal vez tu madre tenga miedos, dudas e inseguridades que necesita exteriorizar con confianza. Hablar de ello le hará bien.
La historia que tú estás viviendo ahora también la experimentó tiempo atrás tu propia madre cuando en la madurez tomó sus propias decisiones. En ese caso, puedes ponerle ejemplos concretos de cómo ella, en el pasado, llevó a cabo sueños, objetivos emocionales y propósitos de forma autónoma y libre. Es decir, hizo su propia vida. Y tú tienes derecho a hacer la tuya. Entre otras razones, porque si cedes en tus decisiones para agradar a tu madre, en algún momento te arrepentirás de haberlo hecho, y esta concesión se convertirá en una forma de resentimiento.
Cuando la relación con tu madre y su desaprobación afectan a tu propia estabilidad emocional, entonces, puede ser recomendable marcar un poco de distancia en el contacto, sin embargo, no interpretes este mensaje como una distancia definitiva. La relación madre e hijo es tan importante que la comunicación siempre debe permanecer abierta.
Por esta razón, encuentra este equilibrio que tú necesitas a través de tu propia experiencia para encontrar el punto medio entre tener tu propio espacio y el cuidado de la relación con tu madre. Esta distancia es especialmente necesaria cuando a pesar de que ya lo has intentado todo para hacerle entender cómo te sientes, no notas un cambio en su comportamiento.
Segunda película como directora de Cécile Telerman, tras Por qué las mujeres siempre queremos más.Entrevista con Cécile TelermanP: Toda la culpa es de mi madre es su segunda película como directora después de Por qué las mujeres siempre queremos más Cómo nació la historiaR: Tenía ganas de escribir una película acerca de la familia y de los conflictos familiares. Se me ocurrió cuando acabé el guión de Por qué las mujeres siempre queremos más, durante ese periodo estresante en que se busca financiación. Se esperan respuestas, no hay mucho que hacer, sobra tiempo para pensar. Quería escribir una historia de familia, pero sobre todo de transmisiones, es decir, qué recuperamos de nuestros padres Cómo condiciona nuestra existencia esa herencia Cómo se escoge entre los valores que nos legan P: Había pensado en coescribir con Jérôme SoubeyrandR: Colaboramos con éxito en mi primera película, Por qué las mujeres siempre queremos más Entonces había buscado un colaborador que aceptase entrar en mi mundo y no tocar lo que yo consideraba importante. Jérôme Soubeyrand aceptó esa posición aunque no fuera fácil. Trabajamos muy bien juntos. Era natural volver a colaborar.P: Cuáles fueron las bases de la escrituraR: Jérôme y yo queríamos escribir una historia fuerte, sin preocuparnos por las enormes coincidencias, por si tenía algo de cuento de hadas y no era totalmente creíble. A menudo, en el cine, nos empeñamos en ser más realistas que la vida misma. Para mí, esta historia tiene algo de fábula. No dudo que eso moleste a unos cuantos. El espectador puede aceptar el principio de la fábula, el melodramatismo, el romanticismo del sufrimiento y de los obstáculos, o puede reaccionar de forma racional y decir: \"No puede ser\". Pero es una decisión que tomamos conscientemente y que defendemos.P: Sus personajes son fuertes, muy diferentes, a pesar de pertenecer a la misma familia. Pero todos tienen algo en común, sufren.R: Sufren porque no se atreven a ser como son realmente y a vivir como quieren en lo más profundo de su ser. La vida de Mady está condicionada por creer en un amor ideal con un hombre que murió y al que no ha olvidado. Comunica su sufrimiento a sus hijos, deja claro que no es feliz. De hecho, dice que \"la verdadera felicidad es muy aburrida cuando no se carece de nada\". Una frase nada exaltadora.P: Puede decirse que Mady, la madre, ha adoptado un papel que no es el suyoR: Es la ambivalencia personificada. Vive con unos recuerdos que la hacen sufrir, pero a la vez está en una realidad muy confortable. No es solo una mala madre. Quiere a sus hijos, aunque haga lo contrario de lo que dice y diga lo contrario de lo que hace. Una actitud poco tranquilizadora para sus hijos.P: Y sus tres hijosR: Cada uno de los hijos ha hecho suya una parte del sufrimiento y del secreto.A Antoine no le sale bien nada porque no consigue hacerse con el modelo paterno. Está aterrorizado por la relación con su padre. Sabe que no cumple con las expectativas de su padre, pero no puede remediarlo. Se hunde en su incapacidad sin entender por qué. Alice es pintora y decide vivir la vida que su madre no tuvo. El conflicto entre las dos empuja a la hija hacia una forma de autodestrucción. Annabelle, la enfermera, mantiene el equilibrio entre una relación con un hombre casado y las predicciones del tarot.P: Se refiere al peso de los secretos familiaresR: Sí. Los secretos familiares son especiales porque los tenemos delante de los ojos, pero no queremos verlos. Es paradójico porque lo que no vemos en casa es obvio en casa de los demás. Cuando alguien habla de la familia, basta con tirar un poco del hilo para que salga la verdad. El inconsciente registra cosas que sabemos, pero de las que no queremos ser conscientes. P: Puede decirse que cada personaje es dobleR: Desde luego. Lo que quieren ser y lo que son realmente. Está la apariencia y lo que son. Alice será la que reviente el absceso a través de un combate violento con su madre. Me parece que cuando hay un secreto, cuando se bloquea el perdón, el amor no puede circular. Es un suicidio. Por otra parte, a menudo se guarda el secreto por miedo a destruir a la familia. Por ejemplo, en familias con casos de incesto, si la madre denuncia al padre, este irá a la cárcel y la familia se enfrentará a la vergüenza social.P: Háblenos de los actores, escribió el guión pensando en ellosR: El reparto se realizó en varias etapas. Un reparto siempre es complicado, pero aún más en una película coral con relaciones familiares. El parentesco debe ser creíble. Por otra parte, los personajes deben tener una identidad y puntos de vista diferentes. Si todos se parecen y piensan lo mismo, todo se anula, no hay trama. Enseguida pensé en Mathilde Seigner, una actriz notable con la que me llevé muy bien en Por qué las mujeres siempre queremos más Sabía, y no me equivoqué, que oscilaría a la perfección entre la mujer rebelde y violenta, y la mujer romántica y frágil.En cuanto al papel de Antoine, solo podía ser Pascal Elbé. Ha sabido matizar el personaje a pesar de perderse en su dolor hasta el punto de hacernos reír sin llegar al ridículo. Para Annabelle, me sedujo Sophie Cattani en Selon Charlie, de Nicole Garcia. Es una actriz atípica, muy expresiva.Olivier Marchal es Jacques. No le conocía mucho, pero me había parecido magnífico en la adaptación de una historia de Maupassant. Está espléndido en el papel de hombre roto y perdido en la soledad del sentimiento amoroso. Comunica ternura, amor. Para Henry, el padre, Patrick Chesnais me ha dejado boquiabierta con su interpretación tremendamente sutil.Charlotte Rampling ha sido todo un descubrimiento y la perfecta Mady. Es una mujer fuera de lo común.Estoy muy orgullosa de mis actores. Me siento muy feliz y conmovida por lo que me han dado. Han aportado todo lo que esperaba a la película.P: Cómo ha sido su relación con los actoresR: Lo paso realmente bien trabajando con actores. O